Los orígenes del vermut se remontan a las antiguas civilizaciones griega y romana, donde el vino se infusionaba con ajenjo y hierbas con fines medicinales. El vermut moderno surgió en Turín, Italia durante mediados del siglo XVIII, cuando Antonio Benedetto Carpano creó el primer vermut dulce comercial en 1786.
El nombre deriva de la palabra alemana 'Wermut' (ajenjo), el botánico clave que da al vermut su carácter distintivo. El Reino de Saboya, particularmente Turín, se convirtió en el epicentro de la producción de vermut, estableciendo estándares que definirían la categoría.