Los orígenes del mezcal se remontan al México prehispánico, donde los pueblos indígenas descubrieron que el agave cocido podía fermentar naturalmente. El nombre deriva del náhuatl 'mexcalli', que significa 'agave cocido en horno'.
La producción tradicional comenzó después de que los españoles introdujeran la destilación en el siglo XVI, combinando el conocimiento indígena del agave con técnicas europeas. El espirituoso se elabora con varias especies de agave, principalmente Espadin, cosechado después de 7-8 años de crecimiento.
La característica definitoria proviene de cocinar los corazones de agave en hornos subterráneos, dando al mezcal su distintivo perfil ahumado.