El Aquavit (o Akvavit) surgió en el siglo XV cuando las especias del Lejano Oriente llegaron a Escandinavia. La primera mención registrada data de 1531 en una carta del Lord danés Eske Bille, describiéndolo como un espíritu medicinal que lo curaba todo.
El nombre deriva de aqua vitae (agua de vida), y su característica definitoria es el sabor dominante de la alcaravea, frecuentemente acompañado de eneldo, hinojo y cilantro. La producción tradicional comenzó en Dinamarca y Noruega, desarrollando cada país distintas prácticas de envejecimiento y aromatización.