El Pisco tiene sus orígenes en el siglo XVI durante la era colonial en el Virreinato del Perú. El nombre proviene del puerto peruano de Pisco, donde se usaban vasijas de barro llamadas 'piskos' para almacenar el aguardiente.
La producción comenzó cuando los colonizadores españoles trajeron uvas vitis vinifera a Sudamérica. Tanto Perú como Chile mantienen reclamaciones históricas sobre el Pisco, cada uno con su propia Denominación de Origen y métodos distintos de producción.
El Pisco peruano tradicional utiliza ocho variedades de uva, incluyendo Quebranta, Italia y Moscatel, mientras que el Pisco chileno utiliza principalmente variedades de Moscatel.