La cachaça surgió en el siglo XVI durante el período colonial de Brasil, cuando los colonos portugueses introdujeron el cultivo de caña de azúcar. La primera producción registrada data de 1532 en São Vicente, convirtiéndola en uno de los espirituosos destilados más antiguos de las Américas.
A diferencia del ron, que típicamente se elabora con melaza, la cachaça se produce a partir de jugo fresco de caña de azúcar, fermentado y destilado para crear su perfil de sabor distintivo. Originalmente conocida como 'pinga' o 'aguardente', inicialmente era consumida por esclavos y se convirtió en un símbolo de la identidad brasileña durante el movimiento de independencia.