Su camino a la fama corre paralelo a los cambios en el ocio nocturno de Italia, cuando la música disco llenaba las pistas y los bartenders buscaban cócteles tan llamativos como el ambiente. Surgió entonces este trago tan vistoso, que ofrecía una alternativa más clara y colorida frente a bebidas más oscuras de la época.
Aunque no alcanzó la fama mundial de otros cócteles célebres, revistas de inicios de la década de 1980 hablaban de una mezcla azul que triunfaba en las barras locales. En zonas costeras, tanto los turistas como la gente del lugar se enamoraron de su color magnético y su aroma cítrico. Con la llegada de nuevas bebidas, algunos optaron por ajustar las proporciones o cambiar algún ingrediente, pero el corazón de esta receta, con su tonalidad luminosa y su chispa cítrica, permanece intacto.
La popularidad se extendió poco a poco más allá del Mediterráneo, gracias a los viajeros que contaban maravillas de un misterioso cóctel azul. Quizá no sea el producto italiano más famoso, pero sigue siendo querido por su estilo desenfadado y fácil de disfrutar. Hoy en día, evoca esa época más ligera de la cultura de bares en Italia, cuando las pistas de baile brillaban y los cócteles llamativos mandaban.
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