Las primeras referencias a cócteles que combinan Ginebra y Champagne datan de finales del siglo XIX y comienzos del XX, pero el French 75 tomó su forma definitiva en París durante la Primera Guerra Mundial. En el Harry’s New York Bar, los bartenders experimentaron con mezclas ligeras y alegres para encantar tanto a los parisinos como a los expatriados. Se suele señalar a Harry MacElhone como quien nombró o refinó la receta, añadiendo el Limón fresco, el azúcar y la base de Ginebra que definen al cóctel.
Durante las décadas de 1920 y 1930, el French 75 se hizo popular a ambos lados del Atlántico, apareciendo en múltiples guías de coctelería y destacando por combinar las burbujas refinadas con la base herbal de la Ginebra. Los seguidores resaltaban cómo una sola copa ofrecía una explosión cítrica y refrescante, con la potencia justa del Gin matizada por la efervescencia suave del Champagne. El nombre, que remite al cañón francés “Soixante-Quinze,” aludía a su golpe vivaz. A lo largo de los años, la receta ha adoptado tanto Champagnes secos como más dulces, manteniendo siempre la esencia de Gin, Limón y vino espumoso. Hoy en día, muchos bares siguen incluyendo el French 75 en sus cartas como símbolo de glamour vintage y sencillez bien elaborada.
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