El brandy se originó en el siglo XII cuando los comerciantes buscaban reducir el volumen del vino para su transporte. El término deriva del holandés 'brandewijn' (vino quemado), acuñado por comerciantes que concentraban el vino mediante destilación.
La primera destilación registrada de brandy fue realizada por el médico árabe Abulcasis. Los comerciantes medievales europeos descubrieron que el vino destilado no solo viajaba mejor sino que desarrollaba sabores atractivos en barricas de madera.