El viaje del White Lady comenzó en los rugientes años veinte, una época en la que los cócteles de ginebra estaban de moda. Su creación se atribuye a Harry MacElhone, un legendario barman que dejó su huella en la cultura de los cócteles a ambos lados del Atlántico.
Originalmente, la receta de MacElhone incluía Crème de Menthe, que luego refinó, reemplazando el licor de menta por Ginebra. Esto transformó la bebida de una novedad a un clásico. Ganó popularidad durante la Prohibición; su color pálido quizás ayudó a que pareciera inofensivo en una época de bares clandestinos y ginebra casera.
El nombre de la bebida ha generado varias teorías: que fue nombrada por una aparición fantasmal, que era un brindis a Zelda Fitzgerald, la esposa del novelista F. Scott Fitzgerald y una de las 'flappers' más famosas de la época.
En la década de 1930, el cóctel recibió un impulso en popularidad cuando se convirtió en el favorito de Laurel y Hardy, el famoso dúo cómico. Este respaldo de celebridades ayudó a cimentar su estatus como un clásico de los cócteles.
A lo largo de los años, este cóctel ha sufrido muchas transformaciones: añadir un toque de Clara de Huevo para darle esa sensación sedosa o usar diferentes tipos de cítricos. Ninguno de estos cambios alteró realmente la receta básica, y solo demuestra lo bien equilibrada que está.
Hoy en día, esta bebida sigue siendo una favorita en bares de los principales destinos de cócteles del mundo. Y su atractivo duradero es parte de una verdad no dicha: los cócteles clásicos y equilibrados siempre estarán de moda.
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