En 1886, el Tuxedo Club de Nueva York presentó dos íconos: la chaqueta de esmoquin sin cola y su cóctel homónimo. Mientras la chaqueta conquistó salones de baile, el Tuxedo Cocktail se convirtió en el lienzo de los bartenders—un remix del Martini con más de un siglo de reinvenciones.
El Tuxedo Cocktail pertenece a la familia del Martini, específicamente a la categoría ‘Martinis Elegantes’ popularizada en EE.UU. del siglo XIX. Su nombre rinde homenaje al Tuxedo Club—una finca exclusiva a 64 km de NYC donde la alta sociedad se codeaba. A diferencia de los Martinis modernos, enfatiza la complejidad herbal del vermú, mezclando Ginebra, Vermú Seco, Bíter de Naranja, Licor de Marrasquino y un enjuague de Absenta en un trago aromático más que austero.
Sabor y Textura: Más suave y accesible que un Martini Seco, comienza con notas de enebro de la Ginebra, seguidas por los botánicos del vermú. El marrasquino añade un susurro de dulzura cerezada, mientras la absenta aporta intriga de anís. Los bíters de naranja unifican el conjunto con brillo cítrico. Con 25-30% de alcohol, es ligeramente más gentil que un Martini estándar pero igual de sofisticado.
Visual y Presentación: Servido en una Copa Cóctel Fría con Twist de Limón o Cereza en Almíbar, su tono dorado pálido evoca el champán—un guiño a sus orígenes clubísticos. La preparación requiere habilidad moderada: equilibrar el enjuague de absenta (exceso abruma) y revolver con precisión para mantener textura sedosa.
Evolución Histórica: Documentado primero en el Manual de Bartenders de Harry Johnson (1900), las recetas originales usaban Old Tom Gin (más dulce) y Jerez Fino. La versión ‘Oficial’ de la IBA opta por Ginebra London Dry y omite el jerez. Existen cinco variaciones clásicas numeradas (Tuxedo No.1 a No.5), cada una ajustando proporciones.
Ocasiones: Ideal como aperitivo, en soirées o con ostras. Su versatilidad sirve tanto para fiestas Gatsby como viernes informales. Aunque reconocido por la IBA, sigue siendo menos mainstream que el Martini—un código secreto entre entusiastas.
La historia del Tuxedo se entrelaza con la aristocracia estadounidense. Mientras los socios adoptaban la chaqueta corta de esmoquin (creada por Henry Poole para el Príncipe de Gales), los bartenders crearon un trago a su altura. El Diccionario de Bartenders de Daly (1903) añadió Absenta y Marrasquino, consolidando su perfil herbal.
La Prohibición casi lo borra, pero bartenders midcentury lo revivieron como ‘Martini de caballero’. Versiones modernas incluyen Variantes con Jerez (usando Fino/Manzanilla) y Ediciones añejadas en barrica. El Turf Cocktail—su hermano del manual de Johnson—solo difiere en usar Ginebra Plymouth, probando que hasta los tragos de la Edad Dorada tenían crisis identitarias.
Para un Tuxedo digno del club:
- Usa proporción 2:1 de ginebra/vermú para equilibrio
- Enjuaga la copa con absenta—sin excederte
- Revuelve 30 segundos para frío óptimo sin diluir
- Exprimir aceite de limón sobre el trago, luego descartar cáscara
- Prueba Old Tom Gin para versión histórica más dulce
- Tuxedo No.2 (Old Tom Gin + más bíter de naranja)
- Tuxedo con Jerez (sustituye mitad Vermú por Jerez Fino)
- Smoking Jacket (añade enjuague de Whisky ahumado)
- Tuxedo Royale (coronado con Champán)
El Tuxedo Cocktail es elegancia sartorial en forma líquida—prueba de que a veces, el mejor vestido no es el más fuerte, sino el más armonioso.
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