La historia coctelera de Belgrado está profundamente entrelazada con la sociedad café de principios del siglo XX, cuando las influencias europeas comenzaron a mezclarse con las tradiciones otomanas. La época posterior a la guerra vio el surgimiento de bares de hotel que servían cócteles internacionales, aunque la Rakija tradicional siguió siendo el espíritu predilecto.
La verdadera revolución de los cócteles comenzó a principios de los 2000, cuando Belgrado emergió de una década desafiante para abrazar tendencias globales mientras redescubría su propio patrimonio.